Abstract

Teniendo en cuenta que los museos no son neutrales y pueden ser activos, como una herramienta para posicionarse ante la injusticia o un medio por el cual se exija que los Derechos Humanos sean respetados, movimientos activistas se organizaron y personas que no se conocían se encontraron para crear uno. Este espacio de denuncia retrató la impunidad, que se vive en México. La expografía y las obras hablaban de la comunidad en la que estaba inserida, pues era esta misma la que se encontraba expuesta ejemplificando la impunidad. Un museo vivo formado por personas. La exposición se convierte entonces en una manera de gritar, de revelar, de recordar los hechos traumáticos, de escribir la historia y de evidenciar las injusticias que atentan contra el presente, esperando que dichas denuncias contribuyan a una concientización de la comunidad, a una condena social de los crímenes. La exposición como un llamado a la acción para que cada persona se responsabilice y se sume a la creación de un futuro en el que hechos como los que se muestran no puedan tener lugar. Este articulo es un esfuerzo por comenzar a describir desde una perspectiva sociomuseológica el Museo de la Impunidad, un evento itinerante, vivo y potente que tuvo lugar el domingo 9 de mayo de 2021 en Quintana Roo, México.