Abstract

Actualmente, existe evidencia acumulada que sustenta que la organización y reunión colectiva contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas. En tal sentido, la intersectorialidad ha sido vinculada a la promoción de la salud desde hace más de dos décadas, a través de sus planes y guías de atención y gestión sanitaria en Chile. No obstante, se visualiza escasa documentación que dé cuenta del desarrollo de prácticas sanitarias situadas, relacionadas con la promoción de la salud mental (SM). Existiendo por ende, un acercamiento insuficiente a aquellos grupos sociales donde mayoritariamente, predominan la pobreza y la desigualdad; situaciones que no solo influiría en una esfera individual, sino también en la sensación de bienestar de toda una comunidad. En el estudio participaron grupos de personas que residen en tres entornos de vulnerabilidad socioeconómica en la comuna de Limache, cuyo objetivo fue caracterizar espacios de participación colectiva e interpretar el efecto que tienen en la SM de las comunidades. Para tal efecto, la perspectiva metodológica desarrollada en el estudio fue de tipo cualitativa, con un enfoque fenomenológico interpretativo, que, a través de un sistema de análisis categorial, combinó revisión bibliográfica; análisis de discurso a un grupo de discusión; y entrevistas semiestructuradas a tres líderes vecinales, quienes manifestaron su interés voluntario de participar mediante firma de consentimiento informado. Existen carencias graves en los territorios donde se asientan las comunidades estudiadas, respecto al acceso de servicios básicos, como también respecto a la vinculación con la red de protección y salud local, lo que ha determinado en las personas el desarrollo de un sentimiento de marginación y exclusión social. Frente a dicha situación, las comunidades consideran relevante el contar con agentes que faciliten espacios de encuentro y resolución de problemáticas propias de las comunidades, ya que esto tendría una influencia directa en su SM. En tal sentido, los desafíos futuros, están representados fundamentalmente por la tarea de potenciar y legitimar prácticas donde conviven personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica, para de esta forma favorecer la sensación de bienestar y calidad de vida, en contraposición al sentimiento de marginación y abandono que existe hacia las instituciones y la red sanitaria y de protección social Chilena.